Capítulo 40

Capítulo 15


    En la década de 1930, las carreteras de São Paulo que conectaban con el Porto de Santos estaban consteladas, en sus cercanías, de pequeñas poblaciones muy modestas, donde sobrevivían indígenas Tamoio, Tupinambá, Guaraníes, Tupiniquim, Carijó, Goiana, Guaianás, Puri, Tupi, Kaiapó, Kaingang, Opaié-Xavante, Otí-Xavante. La tarde del 11 de octubre de 1936 iba a ser recordada entre ellos, por lo que sucedió. Desde las 18 de aquel domingo, los numerosos animalitos que convivían con aquellas personas comenzaron a tener un comportamiento muy extraño. Los perros aullaban, algunos gemían; los gatos se habían puesto muy agresivos y atacaban a las personas, los gallineros se convirtieron en campos de batalla, por peleas entre pollos, gallinas y gallos, picoteándose y lanzando espantosos chillidos.

    Después de las 21, los ancianos de las tribus creyeron encontrar la razón de lo que sucedía en una caravana, de seis autos negros -el último arrastrando una casa rodante, también íntegramente pintada de negro- que pasó a gran velocidad, viniendo desde el puerto y en dirección al centro de São Paulo. Pues algunos minutos más tarde, cuando las luces traseras de aquellos vehículos se hubieron perdido en la distancia, lentamente, los animales se fueron serenando.

    -Aqueles foram -afirmó el anciano tupinambá Tesaberába, quien debía de tener algo más de 80 años, según sus parientes. Era un vidente muy respetado. -Eles perturbaram a Natureza. Eles são muito ruins -aseguró.

    -Quem está viajando nesses carros pretos, vovô? -le preguntó Pirakãîuba, una joven tejedora, frente a la numerosa concurrencia de vecinos, que se habían reunido, asustados, para escuchar las revelaciones del sabio.

    -Pessoas más. Muito ruim. Eles vêm das Ilhas Arqueanas, que agora chamam de Inglaterra. Eles vêm para trazer o mal.

    -Existem vários ruins? E quem é seu chefe? -preguntó un tupinambá desde el abigarrado grupo.

    -Eles são todos ruins. E o pior de tudo é que alguém como ele é tão ruim quanto qualquer um que já foi visto nessas terras. De Lope de Aguirre até hoje.

    -E quem é?

    -Um dos principais lacaios do Anticristo. Um inimigo de Deus -contestó el anciano.

    Aleister Crowley -pues de él se trataba- solía hacerse llamar a sí mismo La Gran Bestia. Había viajado a Brasil, desde su patria, Inglaterra, para celebrar aquí sus 61 años de edad. Que se cumplían el 12 de octubre. El mismo día en que Colón “descubriera” América. Cuestión que no era casual, pues Crowley decía que él “descubriría, para Inglaterra, El Continente Perdido”.

Aleister Crowley. 


    Famoso en el mundo esotérico de entonces, Crowley conducía una secta denominada The Golden Dawn. Luego de haber “derrotado” en arduas tenidas ocultistas, pruebas de magia y otras competencias secretas a Samuel Liddell MacGregor Mathers y al famoso poeta William Butler Yeats.

    Crowley solía jactarse de “haber sacrificado ritualmente a Moloch 104 niños” hasta el presente. Ante inquietudes periodísticas de por qué no era investigado y juzgado por esos crímenes, sus defensores aducían que tales afirmaciones de su líder habían sido hechas con un “carácter metafórico”.

    Nacido en un hogar de industriales multimillonarios, Crowley no sólo heredó una inmensa fortuna en su adolescencia sino, también la fue acrecentando. Pues tanto sus libros como sus actuaciones públicas obtenían inusitada demanda, entre las clases medias y adineradas de todo el mundo. Nutriendo de manera constante sus depósitos bancarios, lo cual permitía una existencia relajada. Que el personaje por cierto no desechaba en absoluto, ya que existía en medio de constantes orgías, de todo tipo. Puesto que era “bisexual”, venía acompañado de un negro, treinta años menor que él, a quien llamaba “su primer marido”. Pues decía que se habían conocido en Egipto, cinco mil años antes. Cuando él (Crowley) ocupaba un cuerpo de mujer y Basil (el negro) de hombre. No por ello había dejado de casarse, con una desdichada mujer -inglesa, por supuesto, proveniente de clases adineradas- a quien ya había arruinado la vida. Teniendo con ella dos hijitas, ambas muertas a los pocos años, en circunstancias oscuras. Luego de divorciarse, Crowley había hecho encerrar a su propia ex esposa, Rose Kelly, en un hospital psiquiátrico privado.*

    No se privaba de drogas, alcohol, y todo lo que produjera placer corporal. Así, de orgía en orgía, cometiendo todo tipo de abusos y excesos, viajaba constantemente, de un lugar a otro del mundo. Absolutamente impune, pues al parecer tenía una singular protección diplomática del Secret Intelligence Service.

    Otro de sus apodos preferidos era Baphomet. Dios pagano, por cuya supuesta adoración habían quemado vivos a los Caballeros Templarios, entre 1307 y 1314.

    El millonario brasileño Wilson Isaac Da Costa Figueiredo había acondicionado una lujosa finca que poseía en Ibirapuera, un lugar apartado aunque no muy lejos del centro de São Paulo. Cediéndosela gratuitamente al mago negro. Para la gran orgía que se iba a efectuar allí, desde las 12 de la noche.

    Ahorraremos a las lectoras y lectores la descripción de las perversidades lujuriosas y excesos de todo tipo que se cometieron allí aquel 12 de octubre. Además de crímenes. Si esto frustra alguna potencial curiosidad, se puede acceder a la observación de parecidos ejercicios en varias películas, europeas o de Hollywood. La más recomendable, posiblemente: Babylon. De 2022. Dirigida por Damien Chazelle. Con la actuación de Brad Pitt y Margot Robbie, en los principales papeles. Entre varios otros, actores y actrices estadounidenses.

    Dos días después de la orgía ritualista, donde participaron muchos de los más adinerados empresarios, terratenientes, militares, políticos y otros personajes “importantes” brasileños, Aleister Crowley dictó una conferencia. En el centro cultural más antiguo, prestigioso y destacado de Sao Paulo: el Theatro Municipal.

    Allí daría algunos consejos a los millonarios, sentados en la primera fila de un anfiteatro repleto. Según afirmó, estos consejos provenían de una experiencia propia. Cuando, luego de la primera guerra europea, se propuso fundar una comunidad ideal. Inspirado por el dieciochesco Club del Fuego del Infierno de Sir Francis Dashwood, Sir Alaister de Kerval y la Condesa Lea Harcourt (Leah Hirsig). Alquilaron una quinta y trabajarían allí para “el desarrollo de una sociedad perfecta”, en Cefalü, Sicilia.

    Citaremos abajo algunos fragmentos del discurso de Crowley, tomados de una transcripción de John Symonds y Kenneth Grant, en su libro Tbe confessions of Aleister Crowley.


    ¿Cuál es el sistema perfecto, para nosotros, los elegidos para disfrutar los placeres del mundo por el Príncipe de las Tinieblas?: El Comunismo Aristocrático. El sistema de dar y tomar todo es realmente un buen sistema económico; todo son beneficios, siempre que la gente deje de compararse con los demás. Sólo los que sean suficientemente nobles y generosos para comprender este principio podrán beneficiarse de él. Una abadía deberá marchar siempre hacia adelante. Será necesaria en ella la antigua alianza entre el príncipe y el sacerdote, pero ambas funciones sólo se unirán en las personas del abad y de su compañera. ¿Extensión del «espíritu de equipo» a la vida socio-económica-política? Sí, pero aún hay más. Existe similitud en la manera en que surgen los clanes y las naciones.

    El problema no reside en el modo de dirigir el rebaño, que es algo automático, o en acabar con los indignos, que serán sumidos en la inoperancia, sino en cómo conseguir que la emulación acabe convirtiéndose en el «arte de la guerra».”


    A continuación contó las razones por las que «este experimento ocultista único en su género, en el que la desafortunada muerte de uno de nuestros adeptos, Raul Loveday, ocasionó, unida a la animadversión de nuestros maledicentes e irreductibles enemigos clericales, la clausura de nuestra abadía por el gobierno italiano, sometido a intensas presiones.»

    Aún así -afirmó Aleister Crowley, ante el empresariado brasileño- «este emprendimiento constituye sin duda una de las experiencias seminales más estimulantes y revulsivas del siglo XX. Los ritos, los coitos y las discusiones con y entre las diversas Mujeres Escarlata se sucedían unos a otros con la misma dulzura y violencia con que se suceden, irremisiblemente, las lunas», aseguró, ante un auditorio atento.

    «Yo permanecía impertérrito y pintaba y amaba, amaba y pintaba, borrando mi historia personal a través del método de espolearla hasta el límite y agotarla. Sin embargo, tras la muerte del citado Loveday, comenzaría para nuestra Thelema un largo calvario. Nos expulsaron de Sicilia, tuvimos que marchar a Túnez. Donde proseguimos la interminable búsqueda que acompaña a todos aquellos a los que habíamos escogido para la realización de nuestra Gran Obra. El comunismo aristocrático mundial: todo para los mejores, de entre ellos, primeros, los anglosajones. Distancia y control sobre los peores, los retrasados y salvajes. Quienes nacieron predestinados, eternamente, a la obligación de mantener las necesidades de los mejores, mediante el duro trabajo cotidiano. Y a quienes debemos mantener sólo en el carácter de productores. Sin permitirles acceso a más energías que las necesarias para continuar produciendo. So riesgo de que, por medio de sublevaciones, intenten arrebatarnos lo que, por decisión del mismísimo Príncipe de este Mundo, nos ha sido concedido. Ya lo estableció con toda claridad Aristóteles, en su libro La República: “La familia es la unión del esposo y la esposa (hombre y mujer) y amo y esclavo para la reproducción (auto conservación)”. Agregando más tarde y en varios pasajes: “hay quienes nacen para mandar, y quienes nacen para obedecer”. Este es el orden natural de las cosas.

    «Atenas y otras polis bajo su influencia eran gobernadas democráticamente, pero únicamente por los hombres libres... En aquella sociedad perfecta, las leyes excluían a los esclavos y mujeres de todo derecho político y, por tanto, capacidad para ser ciudadano. A grandes rasgos las ideas políticas que Aristóteles defiende eran las siguientes:

    · Los derechos políticos solamente podían adquirirlos los hombres, ya que las mujeres eran consideradas seres inferiores, limitadas de una manera natural: los hombres están destinados a mandar y las mujeres a obedecer.

    · Dentro de los hombres, unos son considerados superiores a otros por una determinación también natural, física e intelectual: los esclavos pertenecen al género de los inferiores, ya que la naturaleza los ha dotado solamente de fuerza pero no de inteligencia.

    · Los poseedores de grandes fortunas, y dentro de éstos los más virtuosos, son los elegidos para dirigir la sociedad (solamente a ellos les pertenece la ciudadanía), puesto que lo son por su condición social, al estar liberados de todo trabajo manual.»

    En otro pasaje de su discurso, Aleister Crowley predicó:

    «La Ley del fuerte: ésta es nuestra Ley y el deleite del mundo. En mi libro Libro de la Ley, yo escribí: «Haz lo que quieras, debe ser la única Ley» (Libro de la Ley, I, 40) «Tú no tengas más derecho que hacer tu voluntad. Hazla y nadie dirá nada» (Libro de la Ley, I, 42-43)

    «¡No hay más dios que el hombre!», gritó. «El hombre tiene el derecho de vivir según su propia Ley, de vivir del modo en que quiera hacerlo, de actuar como quiera, de descansar como quiera, de morir cuando y como quiera.

    «El hombre tiene el derecho de alimentarse de lo que quiera, de beber lo que quiera, de morar donde quiera, de andar como quiera por la faz de la tierra.

    «El hombre tiene el derecho de hablar de lo que quiera, de vestir como quiera. El hombre tiene el derecho de amar como quiera: Conducid vuestro deseo y voluntad de amor como queráis, ¡cuando, donde y con quien queráis! El hombre tiene el derecho de matar a aquellos que contraríen estos derechos. Los esclavos servirán».

    Más adelante, el inglés arengó en contra del catolicismo y del socialismo:

    «Existe un buen número de personas selectas, poseedoras cuando menos de la capacidad cerebral mínima necesaria para lubricar un taladro -dijo-, que están continuamente aburriéndonos con el espectro del peligro judeo-bolchevique. Pero como la mayoría son seglares católicos romanos, ignoran que Roma se ríe de ellos, en su fuero interno. Ignoran, convenientemente, cuál habría de ser -si lo conocieran- su mejor razonamiento. ¿Qué corrompió el espíritu de un pueblo invencible en la guerra? ¿Qué, sino la propagación de la moral de la esclavitud de los comunistas judíos de aquel tiempo? Si sacan ustedes de los bolsillos su Nuevo Testamento, hallarán en el capítulo cuarto versículo trigésimo segundo de los Hechos de los Apóstoles esto:

    «Y la multitud de aquellos que creían era un mismo corazón y una misma alma; ninguno de ellos tenía por suyas las cosas que poseía, sino que todo lo que poseían era en común.

    «Por supuesto uno de ellos, que también era judío, intentó mantenerse firme y fue sacrificado. ¡Lenin y Trotsky no lo hubieran hecho mejor!»

    Finalmente, expresó que “su misión” -así la llamó- en Brasil, era “reclutar adeptos entre los poderosos de esta tierra”, para apoyar la misión en que la Gran Nación Inglesa estaba hoy empeñada. Ampliar su reino de Libertad y Justicia, bajo la sagrada corona de su nobleza, a todo el mundo civilizado. Y poner a trabajar, en común, a los “hombres inferiores del mundo”, como por ejemplo “los dravidianos (llamados vulgarmente «hindúes»), los chinos, los japoneses, los africanos, los polinesios, etcétera: en fin, a todas las razas que llamó “subhumanas” en beneficio, según Crowley, “de las especies humanas más nobles, evolucionadas, dueñas del conocimiento y las tecnologías; es decir, las razas blancas, en primer lugar las de Anglia, herederas legítimas del poder, otorgado por decreto divino, sobre este mundo, al Príncipe de las Tinieblas”.

    Después de pasar algunos días en São Paulo, Aleister Crowley y su comitiva viajaron, por vía terrestre, a Villa Guillermina, en Santa Fe. Con el propósito de encontrarse allí con “viejos amigos”, según manifestó a la prensa brasileña. Y finalizar con un reconocimiento de la Patagonia Agentina. Donde evaluaba establecer un nuevo intento de construir su “comunidad libertaria”, abortada anteriormente, como se narró, “por intolerancia gubernamental” de los italianos.


* Rose tuvo dos hijas con Crowley: Nuit Ma Ahathoor Hecate Sappho Jezebel Lilith (julio de 1904 –1906) y Zaza (1907–1909). Rose y Aleister se divorciaron en 1909. Después de verse ella afectada psicológicamente por las sesiones sadomasoquistas y voyeuristas a las que Crowley la obligaba, al empezar a involucrarse en rituales más violentos desde 1905. Y deprimida por la muerte de su hija Lilith. […] Al regreso de un largo viaje, en Londres Crowley se enteró -según él- de que su pequeña hija Lilith «había muerto en Rangún de fiebre tifoidea». El mago negro culpó a Rose, sospechando «que no había limpiado bien el biberón». En febrero de 1907 Rose Kelly dio a luz una segunda hija. De acuerdo con sus declaraciones a biógrafos, Crowley «le permitió a su esposa permanecer en Boleskine House», cuidando de su otra hija. La niña también murió -siempre según Crowley- poco tiempo más tarde. Hasta que en 1911, Crowley internó a Rose Kelly en un asilo mental. Alegando “demencia alcohólica”. Rose falleció allí, en 1932. Fuente: Lawrence Sutin . Dho What Thou Wilt: A Life of Aleister Crowley. St. Martin's Griffin, New York. 2002.



***

Moisés y Umbidez. Designer.


    Moisés Carol quedó preocupado por una carta que su amigo João Baptista de Moraes le había escrito desde Brasil. Tenía fecha 14 de octubre de 1936. Había sido escrita un día después de la conferencia de Aleister Crowley ante empresarios y un numeroso público. Rezumaba preocupación por la presencia del mago negro en América y sus posibles consecuencias sociales. Moisés también se sintió inquieto. Decidió consultar a Umbídez. Luego de un llamado telefónico, combinaron un encuentro para esa misma tarde, viernes 16, en la Confitería Ideal.

    Como era habitual, Umbídez llegó puntualmente. Tuvo que esperar algunos minutos. No faltó quien se acercara a saludarlo, e intercambiara algunos diálogos superficiales con él. Entonces apareció Moisés, apurado, su escaso pelo rubio revuelto, los anteojos algo empañados, desdibujando sus grandes ojos azules tras los cristales.

    -¡Perdoná Umbídez!-, exclamó. -¡A don José F. L. se le ocurrió publicar mañana una semblaza y nota literaria sobre Miguel Delibes, por su cumpleaños! Y me la encargó a mí... tuve que escribirla a la siesta... ¡recién termino!...

    -No es nada... sentate… que quieres tomar...

    -Una naranjada... -dijo Moisés, ya se la pido a Manuel. Ahí viene.

    -Qué te preocupa... -inquirió directamente más tarde Umbídez, luego que hubieron charlado unos minutos acerca de cuestiones superficiales, como el calor o las últimas medidas del gobierno para serenar a los policías, quienes nuevamente padecían retrasos salariales.

    -Esto me preocupa- contestó Moisés Carol, sacando un sobre de su carpeta y poniéndolo sobre la mesa, frente a Umbídez. Leé.

    La carta, de refinada caligrafía, expresaba, más o menos lo siguiente (síntesis):

    -Que João Baptista de Moraes se había perturbado mucho ante la adhesión pública que obtuviera el mago negro inglés Aleister Crowley, por parte de importantes referentes de la oligarquía brasileña, durante su charla.

    -Que las propuestas de Crowley proponían descaradamente una ofensiva radical en contra de todos los derechos sociales, laborales y culturales obtenidos por luchas de siglos, para empujarlos nuevamente hacia atrás, al punto de retroceder hasta la esclavitud proclamada por Aristóteles cuando era maestro de Alejandro Magno. Igualmente sobre los derechos de los niños y las mujeres. Quienes prácticamente deberían quedar, nuevamente, sometidos al absoluto arbitrio de la aristocracia masculina. Para hacer de ellas y ellos lo que a sus intereses resultara conveniente.

    -Que para obtener tales objetivos, él -Crowley- tenía el apoyo irrestricto de los Grandes Seres Universales -como los llamó- quienes, según afirmó, constituyen ejércitos invencibles en los planos superiores del Cosmos, bajo la conducción de eficaces generales, los principales de ellos Ahriman, Lucifer y Sorat.

    Moisés se había relacionado por correspondencia con Hermann Hesse, un escritor que seguía, por entonces, a la escuela de Rudolf Steiner y su sistema Waldorf. El cual propugnaba un tipo de educación para los niños basada en el pacifismo y una especie de religiosidad sincrética, tomando aspectos esenciales del cristianismo y del budismo en sus doctrinas. Debido a lo que esta irrupción satánica, a su modo de ver, constituía una alarmante embestida bélica, que venía a atacar todos y cada uno de sus preceptos. Quería saber la opinión sobre esto de Umbídez y los Ulalos.

    Umbidez le dijo:

    -Existen innumerables seres espirituales o físicos, con diferentes graduaciones de lo que los humanos llaman «materia», en diferentes planos. Todos ellos interactúan con los demás. Simplificando podemos decir que existen dos polos, en relación con las energías y propósitos en que se nutren estos seres -incluso nosotros, ulalos y humanos, por cierto-. Aquí se los llama «positivo» y «negativo». El negativo es absolutamente oscuro, el positivo absolutamente luminoso. Entre ellos, existe, una inmenso espectro cromático.

    No sabemos cuál es el propósito de nuestro Creador. Si es que, realmente, fuimos creados. O si existimos desde siempre, cuál es el propósito -si hubiera alguno- de nuestra eterna simbiosis o confrontación con nuestros opuestos -sea que pertenezcamos, o hayamos optado, por dar prevalencia en nuestras acciones y existencia temporal, en mayor o menor grado, a una de las energías cósmicas esenciales en juego.”

    -¡¿No sabemos?! ¡¿Cómo es eso?! ¿No existen, acaso, el Bien y el Mal? ¿Y uno de los dos, no debe derrotar definitivamente al otro para que por fin seamos, o eternamente felices o desgraciados?

    -Por lo que los Ulalos hemos indagado... parece que no -contestó Umbídez-. Normalmente todas las entidades perceptibles del Universo, al parecer, son una combinación, en proporciones diferenciadas, de ambos principios energéticos.

    Existen, eso sí, bajo nuestra percepción, procesos sistemáticos que parecen orientados a ciertos propósitos posibles, para sus existencias sectoriales. En el caso nuestro -los habitantes del planeta Tierra-, parece que los propósitos de nuestra existencia son alcanzar algo que hemos denominado «Armonía». En tal senda nos hemos embarcado nosotros, los Ulalos. Y una gran parte de la Humanidad, junto a la totalidad de la Naturaleza terrestre, al parecer. Y en la senda opuesta, el sector de la humanidad que has mencionado, los de la Golden Dawn, y otras organizaciones provenientes de la oscuridad.”

    La explicación del ulalo pareció satisfacer a medias a Moisés Carol. Quien, sin embargo, prefirió pasar a otro tema, relacionado, por cierto, aunque más concreto:

    -¿Te parece casual que Aleister Crowley haya elegido justo el momento en que Rommel está en Santiago del Estero, para emprender su visita a Sudamérica y la Argentina?

    -No, claro, no es casual.

    -¿Qué significa? ¿Se posicionan mundialmente para una nueva guerra?

    -La guerra nunca terminó. Hitler decidió entregar su vida para recuperar la grandeza de Alemania. Los franceses, rusos y otros europeos decidieron aplastarlos para siempre, convirtiéndolos en una economía dependiente. Con el apoyo de los ingleses. Y los norteamericanos -la potencia emergente más poderosa, hoy- tiene propósitos de mayor alcance. Dominar todo el mundo.

    -Entonces, estos actos que nos involucran ahora, como la instalación de los alemanes aquí, la de los ingleses en Santa Fe, con sus ferrocarriles recorriendo toda nuestra nación, la llegada ahora de Aleister Crowley, su posible instalación en La Patagonia, entre los inmigrantes galeses, como publicó el diario Neuquén en un corto... ¿Significan que los alemanes y los ingleses se están preparando para una guerra?

    -Creemos que sí. No te olvides de los estadounidenses. La anunciada visita del presidente Roosevelt a Getulio Vargas, en Brasil, y a Agustín Justo, apunta en ese mismo sentido. Y por último -pero no menos importante- los rusos bolcheviques. Todos están tendiendo sus estrategias, materiales y cósmicas, para lanzarse a combatir por una mayor tajada de las riquezas y del poder mundial, en cualquier momento.


***

Rommel y Lucie Marie en el Mercado Armonía. 
Santiago del Estero, 1936. Ideogram.

    Rommel y su esposa paseaban por el mercado Armonía, cuando los alcanzó un soldado de civil. Luego de cuadrarse ante él le entregó una carpeta marrón. Rommel la abrió. Pegados sobre una hoja de papel tamaño oficio, tenía tres mensajes, en alemán.

    El primero decía:


    LA BESTIA ESTÁ EN EL SUR.


    El segundo mensaje:


    MANTÉNGANLO VIGILADO.


    El tercero:


    COMANDO TRELEW EN ACCIÓN.


    Eran transcripciones de los últimos mensajes encriptados, recibidos por medio de la red Enigma, instalada en Santiago del Estero en el barrio Cantarranas. Se las había descifrado y copiado allí.

    -Muy bien -dijo Rommel al soldado. -Dígales que me notifico. Y continúen actuando.




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